miércoles 3 de julio de 2024

Siguió los pasos de su padre

Lizzete, la líder afro-aymara que dirige a más de 35 mil cocaleros

La Afro-aymara dirige a más de 35 mil socios para encarar los problemas entre su sector y el Gobierno. Debe hacer frente al machismo y racismo, pero pudo decir a sus detractores: “Ahora esta negra es su presidenta”.
La presidenta de Adepcoca, Lizzete Tórrez, en su oficina, en entrevista con Visión 360.
La presidenta de Adepcoca, Lizzete Tórrez, en su oficina, en entrevista con Visión 360.
lunes 01 de julio de 2024

“Hola, ¿cómo está mi presi de Adepcoca?”, se oye al otro lado de la línea del celular. En ese instante, Lizzete Eugenia Tórrez Quispe solo ríe y responde: “Hola, papá”. Ese diálogo es la broma familiar que la joven dirigente comparte con su padre. Ella relata que fue él, quien desde niña, la preparó para liderar a los más de 35 mil cocaleros de los Yungas de La Paz.

En entrevista con Visión 360, la dirigente, que se autoidentifica como una afro-aymara, reveló varios detalles sobre la carrera sindical que la llevó al cargo. Fue elegida el 8 de enero de este año como la primera presidenta mujer de la Asociación Departamental de Productores de Coca (Adepcoca), a 40 años de su creación. Nació en el municipio de Coroico y tiene como uno de sus principales objetivos “unir a los Yungas” en el departamento de La Paz y dejar de lado la división interna.

Lizet junto a su padre. Foto: Familia Tórrez

“Soy una mujer afro-aymara, tengo 30 años, estoy titulada como secretaria administrativa, con estudios en psicología. Tengo un hogar establecido, mi pareja también es yungueño, él ha contribuido y fue un pilar fundamental para asumir este cargo. Soy madre de un hijo de un año y meses”, afirma Tórrez al presentarse.

Sobre por qué decidió postular a la presidencia de Adepcoca, la joven yungueña remarca que no se trató de una casualidad y que su padre, Ángel Tórrez, fue quien la introdujo en la vida sindical desde niña, pues él y su abuelo son fundadores de esa organización.

"Mi padre y mi abuelo son fundadores. Vi desde niña cómo iban a los bloqueos, con su fiambre y en abarcas".

“Él siempre me contaba cómo se formó Adepcoca, cómo se dio su lucha. Mi padre y mi abuelo son fundadores. Vi desde niña cómo ellos iban a los bloqueos, con su fiambre y en abarcas, y regresaban luego de semanas, golpeados, maltratados. De ahí nace el interés de defender a los socios”, relató la cocalera.

Cuenta que cuando ella tenía seis años hubo un bloqueo de caminos que duró como un mes, eso generó la escasez de alimentos y provisiones; recuerda que en las tiendas no hallaban pan ni jabón. “La coca siempre fue motivo de lucha”, afirma, para las poblaciones yungueñas y esto marcó su vida.

En diciembre de 2020, el dirigente Armin Lluta fue elegido  presidente de Adepcoca y de las 17 regionales que la componen, esto en medio de disputas judiciales con la dirigencia paralela creada con aprobación del Gobierno del MAS, la que estaba representada por Arnold Alanes, afín a Evo Morales. 

Tórrez fue designada secretaria de Lluta y desde ese cargo conoció los pormenores del manejo sindical, administrativo y político, aunque también chocó con actitudes discriminatorias como el machismo.

La gestión de Lluta no terminó de la mejor manera, pues en septiembre de 2021 el grupo de Alanes, con apoyo de contingentes policiales; el ministro de Gobierno, Eduardo Del Castillo; y el de Desarrollo Rural, Remmy Gonzales, tomaron el mercado de Adepcoca, ubicado en la calle Arapata de la zona Villa Fátima, en la ciudad de La Paz. Esto provocó la movilización de sus bases, la retoma del predio por la fuerza, el alejamiento del dirigente Lluta y la realización de una nueva elección en una asamblea general. 

Entonces resultó vencedor el dirigente Freddy Machicado; pero un año más tarde, junto con otros líderes cocaleros, este fue tomado preso por la Policía, sindicado por la quema del mercado paralelo abierto por Alanes. El dirigente solo saldría de la cárcel luego de someterse a un juicio abreviado y lograr el perdón judicial, porque era la primera vez que recibía una condena y la sanción no era mayor a los cinco años de cárcel.

Comenta que fue a raíz de esa experiencia que logró identificar “los errores” cometidos por anteriores presidentes, sus falencias, tanto en lo político, como en la administración de recursos. Asegura que por años esto impidió que las necesidades de los cocaleros  sean atendidas de manera adecuada.

No obstante, la experiencia laboral como secretaria en la gestión de Lluta también marcó su vida sentimental. En medio de esas jornadas de trabajo con ritmos estresantes, bajo presión, pues también coordinaba la cobertura que los periodistas daban a los dirigentes, conoció a William Paxi, su actual pareja y padre de su hijo.

“Los tiempos de Dios”

Si bien reconoce que soñó liderar a su sector desde niña y que su padre la preparó para ello, Tórrez sostiene que no buscó el cargo y que la propuesta se presentó en el momento justo, luego de una etapa de conflicto, persecución judicial y el encarcelamiento de varios dirigentes, sus amigos. 

“No hay que buscar el cargo, los tiempos de Dios son perfectos. Se acercaron a mi papá para proponerle que postule, pero él se hizo a un lado y me propuso a mí. Me dijo ‘Siempre te he preparado para esto y quiero que tú lleves las riendas de Adepcoca, sé que lo vas a lograr, porque te he dado formación académica’. Desde ahí, con su guía, comenzamos el trabajo en nuestra comunidad”, rememora la joven dirigente.

“Antes de ir a las elecciones de mi regional (en Coroico), esa mañana, yo me arrodillé y pedí a Dios que si era su voluntad iba a ganar. Fue una elección muy reñida, con contrincantes muy duros, todos varones, pero salí victoriosa y comenzamos a trabajar para ir a la elección del directorio de Adepcoca”, recordó.

Con el apoyo de sus padres, Ángel Tórrez y Francisca Quispe; sus suegros Clementina Mamani, Porfirio Paxi; su cuñada Jimena; y su pareja, William, además de toda su regional, el 8 de enero, también en Coroico, Tórrez se presentó ante una multitudinaria asamblea general de socios en el estadio Ramiro Castillo, para dar a conocer su propuesta y luego ser elegida presidenta.

Antes, la joven había sorteado los intentos de impugnación e inhabilitación de su candidatura hechos por otros dirigentes. Tras el escenario, minutos antes de subir a la tarima y tomar el micrófono, junto a su familia, de rodillas, repitió su oración.

Un sabio consejo

Ya frente a la asamblea, nerviosa por el murmullo del público y con pocos minutos para lograr empatía con la multitud, recordó los consejos que recibió de su amigo y consejero César Apaza, el dirigente que en esa fecha continuaba en la cárcel de San Pedro, pese a que tenía medio cuerpo paralizado por un ataque de embolia.

“(Apaza) siempre me recomendó, ‘dirigí tu discurso a las mujeres, con su apoyo vas a estar arriba’. Fue el consejo más sabio, por eso ellas han confiado en mí y ahora llevo esta responsabilidad de no dañar la imagen de la mujer; estamos haciendo historia, ya que en 40 años (desde la creación de Adepcoca) hemos tenido por primera vez a una mujer como presidenta. Esta es la puerta que abrí para las compañeras que vienen por detrás”, reflexionó la dirigente.

“A César Apaza no lo conocía; cuando él ya estaba en la cárcel, por medio de otra persona, dijo que quería hablar conmigo. Lo fui a visitar y él me ayudó en muchos aspectos de mi postulación y aún ahora (que está libre) me sigue guiando con algunos temas que, a veces, se nos pasan a los dirigentes”, sostuvo.

Tórrez, el día de su posesión. Foto: FM Yungas

 

La joven dirigente expresa su alegría por saber que Apaza, ahora en Potosí, junto a su familia, ya recibe fisioterapia, una atención a la que por varios meses él no pudo acceder en la cárcel, debido a trabas legales que le impuso Régimen Penitenciario. En su celda, el cocalero se encontraba demacrado, dependía de otros reclusos hasta para ir al baño y no pronunciaba con claridad las palabras, recuerda la presidenta de Adepcoca.

Llegar a la presidencia de Adepcoca, asegura la joven afro-aymara, le “costó muchas lágrimas y humillaciones”, pero luego de los malos tratos que recibió cuando fue secretaria de Lluta, logró regresar a esas oficinas como su máxima representante.

"Mi pareja también es yungueño. Él ha contribuido y fue un pilar fundamental para asumir este cargo".

“Lo más lamentable es que el machismo sigue latente, igual la discriminación, porque muchos dijeron ‘¿Cómo esa negra va a llegar a la presidencia de Adepcoca?’. Pero a esas mismas personas, cuando me han posesionado, les dije ‘¿Qué decían? Ahora esta negra es su presidenta’. Yo no me ofendo cuando me llaman así, pero sé que es racismo”, aclara la dirigente y remarca que esas dificultades la hicieron más fuerte.

Crítico estado de Adepcoca

En el tema de la administración de su institución, Tórrez sostiene que rechaza todo acto de corrupción, precisamente porque ese fue el compromiso con las mujeres cocaleras, demostrar que las mujeres pueden hacer una buena administración de sus recursos, sin buscar un beneficio personal o de sector. Espera que no se presenten casos similares al de la pasada gestión, con Machicado. 

“El momento que tomamos las riendas de Adepcoca hallé una situación muy crítica. Tenemos una auditoría en la que se observan más de 120 puntos; la dirigencia anterior nos dejó en caja sólo 68 bolivianos; el Comité Fiscalizador (que tomó el mando en reemplazo de la directiva de Machicado y organizó las elecciones en las que ella ganó) nos entregó 175 mil bolivianos, nos han dejado más deudas que logros. Es muy lamentable que gente que también era socia de Adepcoca le haya causado tanto daño”, expresó.

Tórrez explicó que Machicado entregó dos sellos institucionales y solo dos folios reales, de un total de nueve propiedades que tiene la institución. Además, el vehículo oficial de Adepcoca le fue entregado sin sus documentos, por lo que no pueden darle uso. Asimismo, el exsecretario de Hacienda, Erlin Pari, depositó 42 mil bolivianos, “y queda una deuda de más de 219 mil bolivianos, de un fondo en custodia que no se podía tocar (gastar), pero ellos presentaron recibos y facturas (como descargo), los cuales no puedo aceptar con mi directorio”, aseveró.

Tórrez afirma que Machicado dijo que se presentaría más adelante junto con quienes lo acompañaron en su gestión, pero esto no sucedió aún.

Debido a estas irregularidades, la dirigente señaló que se verán obligados a iniciar procesos penales y administrativos. Pero aún más grave, la presidenta de Adepcoca dejó entrever que también se podrían presentar denuncias contra los exdirigentes, por haber incriminado a sus pares en los procesos que el Ministerio de Gobierno inició a raíz de la quema del mercado ilegal de coca de Alanes.

“Los responsables del área jurídica también nos dijeron que se podría presentar una querella, porque algunos dirigentes que estaban procesados por los conflictos, han canjeado su libertad por la de otros dirigentes. Esto lo debemos analizar con más cuidado”, advirtió Tórrez.

Los enemigos de Adepcoca

“Lamentablemente, el gobierno de Evo Morales ha hecho mucho daño a la gente de los Yungas”, sostuvo Tórrez. Hizo referencia a que, durante 2018, a raíz de las protestas por la promulgación de la Ley General de la Coca 906, se encarceló al entonces presidente de Adepcoca, Franklin Gutiérrez, e incluso se registraron muertos y heridos durante esos conflictos, tanto del lado de los yungueños como de los policías, hechos por los cuales fueron perseguidos solo los cocaleros, pese a que ninguno de los detenidos participó en forma directa en esos hechos.

Tórrez considera enemigos de su sector a quienes pretenden dividirlos, por lo que remarca que en el gobierno de Morales se generaron dirigencias paralelas. Anotó que los representantes apoyados por el MAS eran movidos por prebenda política.

En esa línea, anunció que en su gestión continuará con la reivindicación de pedir la reducción de cultivos de coca en el Chapare de Cochabamba. De acuerdo con la norma, en Bolivia se puede cultivar hasta 22 mil hectáreas, 14.300 en tres provincias de los Yungas de La Paz, reconocida como el área tradicional y 7.700 en el Chapare, donde el presidente de las Seis Federaciones de cocaleros es Morales.

Para los cocaleros de La Paz, hasta la fecha, el gobierno del MAS no ha demostrado a dónde va a parar la producción de coca del Chapare, pues en los dos mercados legales solo se llega a comercializar la hoja producida en los Yungas, para el consumo tradicional. En cambio, de acuerdo con los estudios de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), el 90 por ciento de la producción del Chapare va a dar al mercado ilegal, destinado a la producción de cocaína.

Tórrez asegura que su postulación a la presidencia de Adepcoca no tuvo relación con el gobierno de Luis Arce y que, al contrario, antes de buscar un acercamiento, primero se analizará la liberación de los dirigentes encarcelados por los conflictos de 2021. No obstante, Tórrez ya asistió a dos informes emitidos por el Ministerio de Gobierno, sobre la erradicación de cultivos de coca y lucha contra el narcotráfico en 2023.

De acuerdo con esos informes, ella asegura que los Yungas no es un territorio involucrado con el narcotráfico, como pasa con el Chapare, por lo que la nueva relación con el Gobierno debe enfocarse en el desarrollo alternativo, la mejora de suelos y la comercialización de la coca.

En familia. Foto: Familia Paxi

 

Con la familia y sus socios

“Algo que se puede agradecer a este Gobierno es que, aunque después de tanto conflicto, finalmente cerraron el mercado paralelo, ahora hay un avance del 85% en la unidad de los Yungas. (Quienes pertenecen a la facción de Arnold Alanes) por ahora están quietos y callados, pero siempre estamos alerta”, manifestó Tórrez.

Pese a esas tareas pendientes, Tórrez sostiene que su misión es dejar una institución fortalecida y que colabore en todas las necesidades a sus socios, tal como le inculcó su padre desde niña, cuando durante los bloqueos le hacía leer las noticias en los periódicos, la biblia y así sembró en ella un espíritu de lucha y liderazgo. 

Perfil

  • Cocalera · Lizzete Eugenia Tórrez Quispe, autoidentificada como una mujer afro-aymara, tiene 30 años y pertenece a la regional de productores de coca de Coroico, en los Yungas de La Paz.
  • Trayectoria · La dirigente cocalera tiene un título en secretariado ejecutivo y estudios universitarios en la carrera de Psicología, además de haber sido secretaria de Adepcoca en la gestión de Armin Lluta.