Colectivos, cuerpos diplomáticos y población LGBTIQ+ pintaron de brillo y diversidad el centro paceño

Colectivos, cuerpos diplomáticos y población LGBTIQ+ tomaron el centro paceño la tarde de hoy para reivindicar la diversidad sexual y de género. Este año, el desfile cambio de horario, dejó la noche. Una gran caravana pintó de brillo y diversidad el centro paceño.

“A quién le importa lo que yo haga, a quién le importa lo que yo diga…”, canta a voz en cuello André. Lleva un letrero que dice “soy gay y punto”. Salta al compás de toda una masa de personas que portan banderas arcoíris para mostrar a la sociedad su identidad.

“Salir del closet no es fácil cuando se vive en una sociedad aún llena de prejuicios. Aún nos falta mucho, pero creo que estamos avanzando”, dice.

Hace 22 años la marcha era conocida como la del “orgullo gay”. Aún poco nutrida se abría paso en medio de una urbe conservadora y reticente a los cambios. Es difícil saber qué y cuánto ha cambiado desde entonces, ya que la población LGTBIQ+ sigue siendo uno de los sectores más vulnerables del país.

“La respuesta de la ciudad es una muestra de que la gente está aceptando nuestra diversidad. Por primera vez se la realizó en el día porque así lo decidieron. Dijeron, ¿por qué tenemos que ocultarnos?, ¿por qué tenemos que esperar las sombras cuando podemos hacerlo a plena luz del día?”, manifestó el alcalde Iván Arias en el palco central.

Aunque el horario sorprendió a muchos y no se vio la cantidad de gente que suele asistir a presenciar el desfile, los aplausos y fotografías mostraron el respaldo a la decisión de cómo y a quién amar que tiene cada persona.

“Espero que estés orgulloso de quien eres”, señala otro cartel en medio de una marea multicolor.

En ciertos bloques, los trajes llenos de color y brillo llaman la atención, como antes –entre 2005 y 2016- lo hacía la “Familia Galán”. “Hoy sólo quedan recuerdos, lo años no pasan en vano”, señala David Aruquipa, ya sin maquillaje y sin su caracterización de drag queen, pero con su pareja de la mano.    

Este año a la marcha se sumaron los representantes de la Unión Europea, la Embajada Americana y otras delegaciones internacionales. Con una gran bola de disco, el carro alegórico de la representación estadounidense hizo su paso por el palco central.

“La marcha de las Diversidades es un espacio que genera movimiento social, económico y cultural. Eso es gracias a la lucha de las activistas”, explica Gabriela Blas.

El respeto a su identidad y a su derecho a decidir, fue una de las peticiones más repetidas a lo largo de la caravana. También lo fue la posibilidad de poder amara en libertad, es así que  en medio de la marcha se pudo ver a muchas parejas, del mismo sexo, caminar de a mano sin temor.

Lo que queda claro es que sea de día o de noche la diversidad brilla, no sólo en sus banderas arcoíris o las lentejuelas de sus trajes, sino en la esperanza de días mejores en los que la inclusión y el acceso a sus derechos sean reales.