miércoles 3 de julio de 2024

La Tribuna

Nos farreamos la clasificación al Mundial del año 94

Pero uno se pregunta, yo me pregunto qué pasó cuando el señor Guido Loaiza y el señor Xabier Azcargorta determinan alejarse del fútbol boliviano y se hace cargo José Saavedra; viene después Sergio Asbún, viene Wálter Castedo, vienen los interinatos y llega el señor Carlos Chávez, que en paz descanse, que encabezó una de las gestiones más deficitarias, más mediocres, más malas del fútbol nacional. Está claro que nada bueno pasó.

Tengo la impresión de que el señor Antonio Carlos Zago aceptó ser director técnico de la Selección boliviana de fútbol sin conocer la realidad del fútbol nacional, pese a que fue campeón con Bolívar.

Ha demostrado total desconocimiento del fútbol nacional al manifestar o no hacerse entender que Enzo Monteiro, delantero del equipo Sub-20 del Santos de Brasil, no está capacitado para llegar a la Selección boliviana de fútbol.

Él sabía dónde estaba llegando, él sabía la carencia que tiene el fútbol boliviano en materia de escenarios deportivos, que es un tema realmente muy preocupante, y que nuestros jugadores, los potencialmente seleccionables, no actúan en ligas importantes como los futbolistas de otros países. Entonces, creo que Zago, al desconocer eso, me hace pensar que no es el técnico idóneo para este momento del fútbol boliviano.

También se equivoca en la elección de futbolistas. Deja a buenos jugadores, quienes podrían haber aportado de mejor manera a la Selección nacional de los que en este momento están, independientemente del caso Enzo Monteiro, al que ya nos referimos. Creo que hay otros jugadores que deberían estar en esta selección, incluso varios de los que están podrían ser un aporte importante, pero no se les da la oportunidad.

En el partido frente a Estados Unidos, solo por poner un ejemplo, el señor Zago, desde mi punto de vista, demostró que tácticamente tampoco sabe lo que quiere con el seleccionado boliviano. Desordenó totalmente al equipo nacional en el segundo tiempo y me imagino que los jugadores de la Selección quedaron totalmente desorientados en el campo de juego como él en el banquillo de suplentes.

En este momento está el señor Zago, pero pienso que cualquier otro entrenador foráneo no va a hacer nada en una realidad muy dura del fútbol nacional que viene desde la clasificación al Mundial, hace más de 30 años.


 

El año 1993 clasificamos a la Copa del Mundo del siguiente año, Estados Unidos 1994, y toda esa generación de futbolistas más o menos compitió hasta el año 97. Y a partir de ese momento no pasó absolutamente nada en materia de renovación, en materia de encontrar nuevos jugadores. Son muy contados los casos, como el de Botero, de Marcelo Martins, de Raldes, quienes venían a ser una especie de recambio para sustituir a los Álvaro Peña, a los Ramallo, a los Borja, a los Soria, a todos de esa generación maravillosa que tuvo el fútbol boliviano y que llegó al Mundial.

Pero uno se pregunta, yo me pregunto qué pasó cuando el señor Guido Loaiza y el señor Xabier Azcargorta determinan alejarse del fútbol boliviano y se hace cargo José Saavedra; viene después Sergio Asbún, viene Wálter Castedo, vienen los interinatos y llega el señor Carlos Chávez, que en paz descanse, que encabezó una de las gestiones más deficitarias, más mediocres, más malas del fútbol nacional. Está claro que nada bueno pasó.

Porque ahí el señor Carlos Chávez pudo haber implementado infraestructura, un centro de alto rendimiento en Santa Cruz, en La Paz, o donde él hubiera deseado, pero no tenemos nada.

Entonces surgen otros cuestionamientos: ¿Qué hizo en tanto tiempo la administración del señor Carlos Chávez? Nada. ¿Qué hizo don Chacho Saavedra? Nada. ¿Qué hizo don Teco Asbún? Nada. ¿Qué hizo don Wálter Castedo?, menos.

Y los interinos que antecedieron a César Salinas tampoco hicieron mucho. No los dejaron, o no quisieron, o se sintieron cómodos con esta dura realidad del fútbol nacional. Ni siquiera el señor César Salinas, quien seguramente tenía buenas intenciones, hizo algo por el fútbol boliviano.

Entonces, ¿qué estamos cosechando en este momento? Nada, porque no hemos sembrado nada. Los dirigentes de la época no hicieron nada por el fútbol boliviano. Nos farreamos la clasificación al Mundial del año 94 y listo, llegamos hasta ahí.

Y como buenos bolivianos, nos conformamos con eso. Y hoy por hoy estamos pagando los platos rotos de esas malas gestiones administrativas de la Federación Boliviana de Fútbol, en lo dirigencial, en lo administrativo, y también en lo deportivo, por supuesto.

Para los bolivianos la Copa América es como ir al Mundial y el señor Zago no puede decir que tenemos que ir a experimentar a la Copa América. No tiene ni idea de lo que significa el fútbol boliviano para el aficionado, que cada vez más pierde la ilusión en este depauperado fútbol boliviano que de una vez por todas necesita una revolución, un cambio de estructuras, pero urgente, urgente. De lo contrario, de aquí a 30 años seguramente se va a seguir hablando absolutamente de lo mismo.