miércoles 3 de julio de 2024

La Tribuna

¿Quo Vadis, Selección?

Es reiterativo decir que éste es un mal endémico de nuestro fútbol. Ahí están las estadísticas, ya conocidas por la mayoría y a las que no apelaremos hoy en esta columna.

Decepción. Frustración. Vergüenza. Bronca. Impotencia. Indiferencia. Desengaño. Pesar. Desilusión. Sufrimiento. Fracaso. Pena. Dolor… y añádale, amable lector de Sport 360, el adjetivo o término que cuadre al actual mal/pésimo momento por el que atraviesa nuestra selección boliviana de fútbol. Se podría incluir, a todo esto, la palabra… ¿Sorpresa? Tal vez no. Porque sabemos del bajísimo nivel en el que, infelizmente, nos encontramos en relación con el resto de las selecciones y era de esperarse una eliminación en primera ronda.

Pero no así. Porque ni siquiera el equipo mostró aquello que, muchas veces, suple las deficiencias y limitantes técnicas, se llama compromiso con un país, con actitud, pundonor deportivo, ganas, poner el alma, la llamada vergüenza deportiva. Eso del amor a la camiseta parece haberse perdido con el profesionalismo y sólo algunos jugadores lo pusieron de manifiesto. Para decirlo pronto y en términos de tribuna, a nuestros jugadores les faltó también (con perdón) poner “huevos” en la cancha.

Es reiterativo decir que éste es un mal endémico de nuestro fútbol. Ahí están las estadísticas, ya conocidas por la mayoría y a las que no apelaremos hoy en esta columna.

Entonces, la consecuencia de nuestra realidad actual, a nivel de selección, pasa por una inexistente planificación, sin objetivos, con improvisación, sin proyección ni visión de futuro.

Tenemos dirigentes inmediatistas/resultadistas, que no cuentan con asesores para efectuar una real y verdadera planificación a largo plazo, que debe pasar por los clubes, que deberían tener formadores de verdad y cuerpos técnicos especializados en cada división, desde infantiles a juveniles y llegando al profesionalismo, con un proyecto de largo alcance programando, además, campeonatos serios y competitivos, en cada categoría.

Sin muchos recursos, en 1963 y 1997 la selección tuvo protagonismo. Hoy se cuentan con millones de dólares y se los dilapida, sin tener una administración idónea, donde (algunos) dirigentes se enfrascan en discusiones bizantinas, irreflexivas, que le hacen daño al conjunto del fútbol boliviano, cuando deberían estar empeñados, como se dice, en jalar el carro al mismo lado.

El centralismo con el que se maneja el fútbol boliviano, ¿le hace daño? ¿La concentración de las (malas) decisiones en una reducida cúpula es negativa? Tenemos una amplia gama de entendidos en el deporte y no se apela a su opinión, que podría ser útil y valiosa. Aquello de la Comisión de Selecciones, que funcionó bien en el pasado, se dejó de lado. Y ahora se tiene a un gerente deportivo que, al parecer, sólo es nominal y nada más. Entonces, falla la estructura.

Por otra parte, el técnico de la selección mayor no tiene la tarea de ser formador. Debería ser un estratega –en toda la extensión de la palabra–, capaz de conducir analíticamente al grupo, transmitiendo un mensaje claro, preciso y coherente. Creando una base e identidad de juego que, por lo menos en esta copa, no se ha visto. Ni siquiera en la indumentaria, porque es la camiseta verde la que nos identifica.

Se habla de una columna vertebral —en cualquier equipo—, y esto no se vio en la selección.

Comportamientos erráticos en el campo de juego, sumados a una errónea estrategia (?) planteada por el técnico y deficiente preparación física que nos pasó factura en este certamen. Y otros factores más, que merecerían otro análisis. Como aquel de la inestabilidad de los entrenadores al frente de la selección (basta con repasar la publicación impresa de Sports 360 del 30/6/24), que contribuyen a prolongar esta negra noche del llamado equipo de todos.

Parece ser la nuestra una selección sin rumbo que tocó fondo, ¿o aún está en caída libre?

¿Podrá alguien, ojalá más pronto que tarde, tomar el toro por las astas y encontrar una luz al final del túnel?

Entre tanto, queda la pregunta reiterada… ¿QUO VADIS, selección?...